Sandia

La semana del 7 estuve de cumpleaños....y comenzó de mala manera, me encontré algo deprimido, solitario y melancolico...me sorprendi mirando mi reflejo en la puerta del metro con el aviso de "deje bajar antes de subir" justo en medio de los ojos...por primera vez necesité concientemente evadirme mentalmente a algún recóndito recuerdo en mi interior, en donde mi yo interior encontrara la paz y energia que requeria para comenzar la semana....y casi sin querer me teletransporté al pasado cual "volver al futuro"...y recordé cuando siendo un niño, cuando aún a metros de mi casa existia un sitio lleno de piedras en donde con improvisados arcos hechos con dos piedras, se jugaban cada dia hasta que la luz del astro mayor se escondia tras esos lejanos cerros....mas allá habia una acequia, que se constituia en la última frontera con una parcela que producía sandias.....
......un ya lejano dia de caluroso verano, junto a un gran amigo de la infancia con quien compartiamos mi "bicicross" marca "Joker", nos encaminamos a la parcela con la feble intencion de que nos regalaran una sandia, grande fue nuestra sorpresa cuando el dueño nos entregó una sandia del porte de Moby Dick, la que rajada por el intenso sol, ya no seria el cotizado producto en la feria dominical...tomamos el preciado tesoro y nos lo llevamos a toda prisa hasta la puerta de mi casa, y bajo la sombra del imponente aromo que allí yacia nos dispusimos a atacar semejante manjar, pero como la tradicion lo requeria dicha embestida se consumó sin mas herramientas que dientes y manos....satifechos, con la polera manchada de jugo, la boca y manos sucias sentados en las piedras que rodeaban ese aromo que ya no existe, nos reimos de todo, sin preocuparse por nada....solo sintiendo la felicidad en estado mas puro, esa de la que ni siquiera te das cuenta, sino hasta hoy que ya eres viejo(un año mas viejo en este caso) y te das cueta de que siempre estaran dichos recuerdos que pueden cobijarte y salvarte de un mal comienzo de semana